El maestro César Rincón es uno de los colombianos que más alto ha dejado el nombre del país en el exterior; difícil encontrar un mejor ejemplo de perseverancia, disciplina, pasión y arte.
Desde los 10 años empezó a soñar con ser una de las grandes figuras del toreo. Vivía en el barrio Fátima de Bogotá, al sur de la capital. Allí empezó a jugar con un perrito que se llamaba Príncipe. Desde el comienzo era evidente que César Rincón llegaría muy lejos. Su talento y sus ganas de triunfar brillaban en su mirada. Paco Camino dijo "ese niño va a ser grande". Unos franceses hicieron un documental de 30 minutos cuando Rincón apenas tenía 12 años.
En diciembre de 1982 tomó la alternativa en Bogotá, siendo padrino de la ceremonia Antoñete y testigo José María Manzanares. El 21 de mayo de 1991, luego de haber recorrido toda clase de plazas en América y España, tuvo la oportunidad de torear en la Plaza de las Ventas en Madrid durante la Feria de San Isidro, la más importante del mundo.
Luego de 2 magistrales faenas, con la plaza entera de pie, le fueron otorgadas las 2 orejas y salió por la puerta grande. Al día siguiente, aprovechando una sustitución de última hora, repitió la hazaña. Lo hizo en otras 2 oportunidades, convirtiéndose así en el único torero en salir 4 veces consecutivas por la puerta grande de Las Ventas.
La vida del Maestro Rincón no ha sido siempre color de rosa. En su vida personal y profesional ha tenido que enfrentar toda clase de obstáculos y superar toda suerte de adversidades, sin perder nunca su humildad y sencillez. Hoy en día es un exitoso ganadero, empresario y conferencista.